Las nuevas medidas han ido encaminadas a la reducción del consumo y a la mejora de la calidad de los efluentes procedentes de la producción
La entidad intensifica esfuerzos con el fin de disminuir un 35% el agua utilizada en 2025
Compañía Cervecera de Canarias ha invertido 2,7 millones de euros en la mejora de la gestión del agua en sus fábricas de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria durante los últimos cinco años. Con todo ello, aspira a una reducción del consumo de agua por hectolitro producido en un 35% hasta 2025.
Con motivo del Día Mundial del Agua, que se celebra mañana, la compañía incide en su apuesta por seguir avanzado en un uso eficiente y responsable de este recurso como una de las prioridades que tiene en materia de sostenibilidad.
En esta línea, Cervecera de Canarias trabaja en dos direcciones, a través de medidas que permitan proteger un recurso fundamental en las islas, además de la mejora del tratamiento del sobrante de aguas generado en el proceso de producción con el fin de mejorar la calidad de los efluentes.
Para ello las líneas de actuación se encaminan a inversiones y cambios en los procesos que consigan un consumo cada vez más eficiente y de calidad, contribuyendo a una menor extracción de un consumo escaso en las islas. A su vez, otra de las prioridades se centra en conseguir que el sobrante de agua sea gestionado con responsabilidad.
Las principales medidas adoptadas durante los últimos cinco años se han centrado en proyectos dirigidos a la mejora del sistema de tratamiento biológico que persiguen su acondicionamiento y reducción de la materia orgánica antes de su vertido.
Otra de las vías de actuación ha estado dirigida a la mejora y renovación de máquinas durante los diferentes puntos del proceso de producción y embotellado, de cara a incrementar el aprovechamiento del agua y la reducción en su consumo.
La adecuada gestión del agua se enmarca dentro del compromiso con la sostenibilidad de Compañía Cervecera de Canarias. Una acción que se suma a su apuesta por minimizar el impacto de la actividad en el medio ambiente y la reducción de todo tipo de residuos, la reducción de plásticos y el fomento de materiales reciclados.
En el caso del agua, ese aspecto cobra todavía más importancia como consecuencia del papel de dicho recurso en el desarrollo social y económico de las islas.
