La búsqueda de nuevas alternativas que permitan avanzar en la gestión de la economía circular en el proceso de producción de cerveza es una de las prioridades en las que Compañía Cervecera de Canarias venimos trabajando, en línea con nuestra apuesta por la reducción, la reutilización y el reciclaje de residuos.
El aprovechamiento de los residuos orgánicos, como el bagazo, para incorporarlo como materia prima de otros procesos productivos es uno de los aspectos más relevantes y en el que se viene trabajando de cara a su optimización.
En esta línea, nos sumamos a la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, con el desarrollo de la última fase de un proyecto dirigido a potenciar usos alternativos del bagazo y en el que venimos trabajando desde el pasado mes de abril.
La iniciativa se enmarca dentro del proyecto Demola Canarias, organizado por el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) y las dos universidades del Archipiélago, con el que se pretende fomentar la innovación colaborativa entre las empresas y los estudiantes.
En este caso, un grupo multidisciplinar de alumnos de la Universidad de La Laguna ultiman un proyecto que permita crear nuevas vías de reutilización del bagazo, un subproducto que da salida al 100% de los restos orgánicos del proceso de producción de la cerveza.
En estos momentos, cerca de 30 ganaderos de Tenerife incorporan a la alimentación animal el bagazo procedente del proceso de elaboración de la cerveza que fabrica Compañía Cervecera de Canarias. Este subproducto, además, cumple un papel clave en el abono de la tierra a través de la creación de compost.
El bagazo es el nombre con el que se conoce a la cascarilla que se desprende tras el proceso de cocción y filtrado de la malta. En este caso, el mosto se utiliza como materia prima para la elaboración de la cerveza mientras que los restos de la malta dan lugar a una pasta húmeda que, tras un proceso de secado, se convierte en un componente con un elevado contenido proteico y de fibra que se destina a la alimentación animal.
La fábrica de Compañía Cervecera de Santa Cruz de Tenerife genera del orden de 8.000 toneladas de bagazo anuales que son distribuidos en su mayor parte por Serviagroc, entidad que combina la gestión de residuos no peligrosos, con el cultivo de 12 hectáreas de agricultura ecológica y el mantenimiento de 250 cabezas de ganado, compuesto por vacas careta y ovejas pelibuey.
La reutilización del bagazo conlleva un proceso previo de prensado, que reduce su humedad del 80% del que sale de fábrica a un 60%, incrementando de esta forma su periodo de conservación.
Este subproducto representa un tercio de la dieta del ganado y su consumo se realiza previa mezcla con salvado. La alimentación se completa, además, con restos de fruta, principalmente plátanos en el caso de las vacas, mientras que a las ovejas se les da también restos de otras frutas.
Además del uso propio del bagazo, el líquido procedente del prensado se utiliza para enriquecer el agua de riego, con la que se lleva a cabo la función de un purín vegetal.
Otros usos del bagazo
La elaboración de compost es otro de los usos más habituales del bagazo. En este caso, representa el 20% de su composición, porcentaje que se aplica también a otros componentes, como la fruta y el salvado, mientras que el 40% restante procede de restos de poda de árboles y jardines.
La elaboración del compost requiere que esta mezcla fermente a una temperatura que no sobrepase los 70 grados, con el fin de que no se queme la materia orgánica, y por un periodo que oscila entre los tres y los seis meses.
El resultado de este proceso da lugar a un compost vegetal con un 70% de materia orgánica que puede ser destinado a los árboles frutales, en el caso de compost joven, mientras que flores y hortalizas requieren un compost más maduro.
Otra de las actividades en las que se emplea el bagazo es la creación de sustrato para la cubierta de azoteas y jardineras, una técnica muy utilizada en jardines e infraestructuras hoteleras. En ese caso, la materia prima utilizada es el compost vegetal, al que se suma también picón y fibra de coco.