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Uno de los secretos de la cerveza está en el agua


Cervecera de Canarias - 9 de noviembre, 2017


Es tu bebida favorita y, quizás, no te has parado a preguntar por qué. La cerveza está compuesta de tres principales y sencillas materias primas: agua, lúpulo y cebada y, entre ellos, ¿por qué es tan importante el agua para conseguir ese sabor auténtico que te refresca en cada trago?

Uno de los motivos por los que la cerveza gusta tanto es por su carácter natural y es que alrededor del 90% de su contenido es agua, por lo que se convierte en una bebida idónea para saciar la sed.

De sus tres componentes, este líquido es el que determina su naturaleza básica. El agua que utilizamos para la elaboración de la cerveza es pura, potable, libre de sabores y olores, sin exceso de sales y exenta de materia orgánica. De hecho, algunas de las variedades más conocidas como la Pilsen han estado siempre muy vinculadas a la composición del agua de sus lugares de origen, como en el caso de nuestra Dorada o Tropical.

Al contener diferentes sales, su elección es determinante en el producto final y, además de influir en el gusto, las sales influyen de forma indirecta sobre las reacciones enzimáticas y coloidales que se producen durante el proceso de elaboración.

Así, por ejemplo, el sulfato del agua contribuye a dar un sabor seco a la cerveza y el sodio y el potasio la confieren un sabor salado. El calcio, componente muy habitual del agua, precipita los fosfatos del mosto, reduce el pH e incrementa el nitrógeno asimilable por la levadura mejorando la floculación de ésta.

Para la elaboración de las cervezas más ligeras, tipo pilsen, se utilizan aguas con bajo contenido en calcio, las denominadas blandas. Las oscuras, en cambio, se pueden elaborar con aguas más duras.

Ya sabes, nunca te acostarás sin saber algo nuevo… 🙂

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