Reducir, reutilizar y reciclar. Son las ‘tres erres’ sobre las que se construye una de las reglas más conocidas de los hábitos responsables sobre el medioambiente.
Cualquier lugar del mundo se enfrenta actualmente al gran reto de reducir la producción de residuos desde las primeras etapas de producción, un esfuerzo que luego se ha de complementar en etapas posteriores con la reutilización y el reciclaje de los desechos que se generan como consecuencia del consumo.
La regla de las ‘tres erres’ tiene especial relevancia en casos como el de Canarias, donde las limitaciones territoriales, la lejanía del continente y la ausencia de una industria de reciclaje eficaz ponen de relevancia la importancia de tomar medidas en la gestión de residuos desde el inicio de la cadena de producción.
Además, el incremento de costes y, en algunos casos, la escasez de materias primas exige a las empresas centrarse en maximizar el valor extraído de los recursos.
Nos enfrentamos al reto de minimizar la cantidad de residuos producidos durante el proceso de fabricación y potenciar su reutilización o reciclaje.
La mayoría de los residuos que generamos son materias orgánicas que resultan del proceso de la elaboración de la cerveza. Esto incluye el bagazo, compuesto por residuos de levadura y sedimentos del proceso de fermentación del mosto. El resto de residuos comprende envases dañados, tierras filtrantes, basura normal, lodos de efluentes del tratamiento de aguas residuales y otros residuos denominados peligrosos (aceite, material eléctrico y electrónico, baterías, etc.).
Gran parte de los residuos que producimos tienen un valor y es reutilizado para la generación de energía (aprovechamiento de biogás para la generación de energía eléctrica o térmica), creación de nuevos productos (botellas de vidrio obtenidas del reciclado de botellas rotas) o a través de usos agrícolas, como fertilizantes o piensos para animales totalmente naturales y con un elevado contenido de nutrientes. Este esfuerzo nos ha permitido alcanzar un índice de reciclado del 96%, lo que no nos impide seguir investigando la forma de incrementar este porcentaje.
x
x
Además, también trabajamos junto a nuestros proveedores en otras líneas para encontrar soluciones conjuntas que permitan reducir la cantidad de materiales usados en la fabricación de los envases y embalajes, llevando a cabo acciones como la eliminación de los laterales de cartón de las bandejas de latas de Appletiser, lo que permite un ahorro de cuatro toneladas de dicho material.
A esto se suma la sustitución de gran parte del plástico impreso a color por otro transparente, con lo que se ha logrado eliminar el uso de tintas, con el añadido ahorro en costes de impresión; y la reducción del espesor de los tapones, lo que proporciona una disminución de acero de 62 toneladas.